APASCOVI y La Caixa valoran muy positivamente el Proyecto Aire, que facilita la respiración a personas con discapacidad
La Fundación APASCOVI ha valorado muy positivamente los primeros meses del Proyecto Aire, dirigido a personas con discapacidad y con graves dificultades respiratorias, puesto en marcha gracias a la solidaridad de la Obra Social La Caixa.
Las fisioterapeutas Elisa Domínguez y Magdalena Ollero han estado al frente de esta iniciativa que se inició hace diez meses y que da servicio a personas usuarias del centro de Atención Temprana, la Residencia y el Centro de Día.
Para ello se han adquirido equipos que facilitan la expulsión de mucosidades de las paredes bronquiales y vibran a la frecuencia necesaria para que esto ocurra, algo que manualmente es prácticamente imposible mantener durante el tiempo necesario para la eficacia del tratamiento.
Complicaciones respiratorias
Las complicaciones respiratorias son frecuentes en personas con parálisis cerebral debido a una alteración de los músculos respiratorios, a alteraciones de la postura, deformidades esqueléticas y a una tos ineficaz.
Estas deformidades de la caja torácica y el mal funcionamiento de los músculos respiratorios dan lugar a una disminución de la capacidad funcional respiratoria, acúmulo de secreciones broncopulmonares y un mecanismo de tos ineficaz.
Se considera un factor de riesgo la predisposición a sobreinfecciones respiratorias recurrentes, así como otras complicaciones asociadas como reflujo gastroesofágico y disfagia.
Fisioterapia respiratoria
En la Fundación somos testigos de cómo muchos de nuestros usuarios presentan cada vez mayor número de estos factores de riesgo, por lo que surge la necesidad de mejorar los tratamientos de fisioterapia respiratoria creando una sala de terapia respiratoria. En dicha sala trabajarían de forma coordinada fisioterapeuta, DUE y facultativo médico.
Así, el pasado mes de febrero, APASCOVI se puso en contacto con el proveedor de los equipos, sin embargo la pandemia obligó a la paralización temporal de proyecto, que retomó en julio. Tras reuniones con los proveedores, dirección y el equipo de fisioterapeutas, se adquirió el material necesario para dar servicio a los diferentes centros de la Fundación que lo precisen.
“En septiembre nos llegan los equipos y a partir del mes de octubre comenzamos los tratamientos, observando resultados satisfactorios. Hemos priorizado a aquellos usuarios con mayores necesidades debido a la situación excepcional en que nos encontramos, por supuesto, se siguen los protocolos y las medidas de higiene necesarias para garantizar la seguridad”.
“Esperamos que la puesta en marcha de este servicio repercuta directamente en una mejora de la capacidad funcional respiratoria de las personas que lo precisen, y por lo tanto de su calidad de vida”, dicen los responsables del Proyecto Aire.